martes, 25 de febrero de 2014

3. BINAH

Menos tu vientre,
todo es confuso.

Miguel Hernández


(Ella está dormida. Parece muerta. Él yace a su lado. Está despierto y contemplativo. Él se acerca al oído de Ella. Él gime en el oído de Ella.)






ÉL

¡Oh, mi gruta, mi amor, mi cueva!
¡Oh, qué hambriento!
¡Necesito labrarte!
¡Oh mi dama, mi muerte,
mi ruina, mi cementerio!
Por ti fui-soy-seré vertedero.

Eres toda cerradura de un secreto:
el apego a las formas
genera sufrimiento. 

¡Quiero que seas mi tumba!
Me meteré dentro tuyo.
Después, renaceré de ti.
El gusano será una mariposa.
El hombre morirá en tu vientre
y nacerá como ángel.

(Ella sigue dormida. Es silencio. No habla. Él está empalmado y mira su verga erecta. Él le palpa a Ella el sexo con las manos. Acerca a él sus labios y susurra al coño como si fuera un oído.)

ÉL
¡Oh, amada Yin!
Soy las semillas de un bosque
y tú eres la ciénaga pantanosa.

Soy el Sol y te enhebro con luz.
Soy la potencia estrellándose
en el ocaso.
Eres mi horizonte.
Eres mi campo.
Eres el Gran Mar.
(Eres mi hogar.)
Eres la noche magnética.
Eres mi madre y la Madre
de todas las acciones,
de todas las empresas,
de todas las generaciones
de todos los Hijos de mi ser.
Eres la Diosa Suprema.

(Ella duerme. Él llora mientras le contempla el coño a Ella. Le introduce la lengua. Le practica un cunnilingus. Ella respira más rápido, pero no despierta. Ella....)

ÉL
Tu humedad irresistible... eres el Agua Fecunda.
Eres la sangre que alimenta a todos los seres,
eres la savia del bosque fértil,
eres el prisma de todos los colores
de la Primavera Celestial,
eres el hálito que oxigena la Idea.
Antes de ti, Tormenta
que acoge mi rayo ansioso de nubes,
sediento de ti, anhelo de ti...

(Él la penetra. Él la fecunda. Él jadea dentro de Ella.)

¡Oh, amada Yin! 
Eres un océano de lágrimas,
fuente de mi lluvia
y de mi desesperación.
Te deseo tanto que me destrozaré
la verga fecundándote
una y otra vez,
te violaré mientras duermes
una y otra vez,
te embestiré con mi energía pura:
por ti fui-soy-seré un semental.

¡Oh, amada Yin!
¿Quién puede contradecir
a esta Ley de Magnetismo?
¿Cómo frenar la gran fuerza
que me hace reventarme en ti?
¿Cómo frenar todo este impulso,
esta danza en éxtasis
hacia ti?
¿Hubo nunca tanta Plenitud
en un Vacío?

(En ese Vacio, Saturno mesura un alud con un reloj y un termómetro.)

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