Érase una vez un libro sin dibujos.
Quería decir algo interesante, pero le faltaban trazos, colores.
Un día soñó que podía completarse y llamó a la puerta del mejor ilustrador de la ciudad.
-¡Hola!- le dijo-, ¿me dejas pasar?
Escuchó un silencio muy grande. Volvió a picar a la puerta: “¡Toc, toc, toc!”
Al final abrió alguien con mucha prisa, y mucho trabajo, y mucha prisa.
- ¿Qué quieres de mí?
- Necesito un dibujo- respondió el libro.- Me siento triste, vivo en un mundo en blanco y negro. No sé qué hacer.
El ilustrador se quedó pensativo.
- No sé si puedo ayudarte – respondió.- Tienes pinta de ser un libro pobre y yo soy el mejor ilustrador de la ciudad, no sé si podrás pagarme.
- Tienes razón- dijo el libro sin dibujos-, yo sólo tengo ideas. Nací en un barrio triste, donde todo el mundo tiene la espalda crujida a los cuarenta.
- Háblame más de tu mundo- replicó el ilustrador, mientras fruncía el ceño.
- En mi barrio, a la gente se le ha encogido el corazón y sus ojos son cada vez más pequeños. Todo el mundo se viste con papel de periódico y los relojes de sus muñecas parecen sanguijuelas.
- Interesante...- dijo el ilustrador, e hizo el trazo de una calle, llena de edificios, dibujó corazones pequeños, que latían dentro de unos monigotes que vistió con titulares de periódico.
- Pero a veces sus ojos pequeños parecen estrellas brillantes y sus corazones cantan canciones muy antiguas. Pasa pocas veces: cuando se olvidan de sí mismos, convierten los titulares del periódico en pajaritas de papel, barcos de soldaditos de plomo, sombreros de copa...
- ¿Y qué más? –preguntó el ilustrador, curioso.
- No sé qué más. Lloro mucho y se me emborronan las letras que acaban el cuento.
- Si la historia no continúa no podré hacerte más dibujos.
- Me basta con uno- respondió el libro.- Me basta con que dibujes este canto de cisne, y que todo acabe en llanto y sangre.
Y, colorín colorado,
otro libro se ha suicidado.
2 comentarios:
¡Fantástico!
Ritmo genial,palpitante,poblado de ternura,muy,muy bonito y el final,joder,el final.
Un beso.
Iñaki.
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