La Escuela de Escritores de Madrid y la Escola d'Escriptura de l'Ateneu de Barcelona han propuesto una campaña para evitar el empobrecimiento del idioma. Ya han participado algunos políticos y escritores de relieve. No tiene desperdicio ver las palabras que han escogido.
Os invito a apadrinar una palabra. Entrad en la web:
http://www.escueladeescritores.com/apadrina-una-palabra
Yo he apadrinado "abracadabra".
Os invito a apadrinar una palabra. Entrad en la web:
http://www.escueladeescritores.com/apadrina-una-palabra
Yo he apadrinado "abracadabra".
3 comentarios:
Maga,
Te he hecho caso y ahora soy madre adoptiva de la palabra arcano. ¿Por qué? La respuesta te sonará obvia/predecible: porque en esta sociedad contemporánea voraz y caníbal, fútil e insustancial, en la que nos ha tocado vivir, se hace difícil tener fe.
Te beso,
Aurora
He estado reflexionando lo que me ha comentado Marçal sobre la iniciativa de "apadrinar una palabra" (cuando me enteré no tenía tanto bombo como hoy se le ha dado) y tal vez sí que sea peligroso que los políticos hayan metido su zarpa en este territorio. La lengua está viva y es algo delicado, se forja y fosiliza con el paso de los siglos, y tentativas como ésta, si bien de entrada pueden parecer interesantes, son en demasía artificiales.
En fin, todo es según se mire, pero está bien curtir la primera impresión. Más valdría, decía Marçal, que los políticos y los medios se expresaran correctamente, y que corrijan la crisis del idioma predicando con el ejemplo y no apadrinando palabras que les dijeron sus abuelas en el pueblo o que buscaron en el diccionario cuando eran pequeños.
En fin, todo son opiniones. Yo que soy una romántica con afán lúdico me he entusiasmado en apadrinar una palabra mágica y tenerla correteando por casa como una mascota doméstica.
A ver si ahora no se me vuelve loco el Internete...
Repito:
Y bien, Marçal tiene razón en la cuestión sobre el modelo que deberían ser de los políticos. Pero ya sabemos que la política está reñida con el gobierno (los ideales se pudren ante el olor de la fama y del dinero); si andamos pensando en todo lo que esa caterva de usureros apadrina o deja de apadrinar o, de repente, abandera, es mejor que ni siquiera hagamos el esfuerzo de levantarnos de la cama por la mañana. Nuestro único poder real es a nivel individual, dentro de nuestros microcosmos, así que no veo qué tiene de malo decidir que quieres ser la madrina del abracadabra. No salvaremos ni a la humanidad ni al castellano (ambas cosas son imposibles y medio absurdas...), pero, como mínimo, aprenderemos algo más sobre el idioma (o no) y sonreiremos un rato. Un amigo tuyo me lo ha dejado escrito esta mañana en mi blog: de eso se trata y de poca cosa más.
Buenas y mágicas noches.
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