lunes, 20 de enero de 2014

Lanzas un beso al aire, sin esperar respuesta (Buceos por akasha)

Platón está dormido en un templo. Se le aparece Parménides, que le dice:
- ¡Sabes que es demasiado raro que pongamos palabras a todo esto!

Zeus con la cara de Shiva, añade:
 - ¡Explica "a tu manera" al dios Toth!

María Magdalena le está haciendo a Cristo una felación, mientras un ejército de plañideras se masturba y gime llorando. 

Tienes un flashback de la orden secreta del Misterioso Egipto, y de lo que significa "guardar un secreto". A Platón se le pone la cara de tu viejo, que te mira con cara de chiste y reprocha:

- Deja de ser tan rara, hija mía. 

A tu padre se le vuelve a poner la cara de Platón, con un ojo que resbala como un huevo frito:

- Explicarlo en un texto será una paradoja.

 Interviene una extraña japonesa mientras te pinta unas alas en la espalda con una plumilla mojada en tinta. Las alas que te ha dibujado se hacen realidad.

- Haz que todo parezca entre real y ficticio. Expulsa a los poetas en tu República: así nadie dudará de ti... 

Escuchas una voz en off.  De golpe, dejas de ser Platón y Parménides a la vez, dejas de ser a la vez creador y espectador, dejas de serlo todo y vuelves a ser tú: ¿Y quién coño eres? 

Escuchas la única voz en off que aún está al margen de ti.

 - ...y la Humanidad se seguirá enamorando platónicamente en el siglo XXI. 

Cuando desaparece la cursiva de este texto, eres andrógina, despiertas, aunque sigues "dormida" (en el sentido más místico-oriental de la palabra). Tienes el pelo rubio. Duermes en una cama con diez personas a la vez. Se han despertado tres y los otros siete duermen con dulzura, unos encima de los otros, como un ovillo humano.

Escuchas el contestador de tu teléfono. Hay un mensaje en audio. Lo pones:

- Puto dualismo platónico. Pongamos de moda a Parménides. Nadie osa expulsar a los poetas de la República. ¡Muerte a Platón, y que vivan los presocráticos místicos!

Es uno de los amantes-amigos-compañeros-jugadores que no viven contigo. Contigo viven los de la comuna que te inventaste. Eras una niña tímida que escribió un manifiesto Poliamoroso, pidió en matrimonio a once personas y entre todas okuparon un pueblo abandonado donde viven como en un oasis tuareg: No-On.

Eso sí, te metes mucha caña.
El poliamor es un reflejo de las relaciones que tiene tu alma. El Sol es el máximo crack poliamoroso: el Sol se folla a todo lo que se le pone a tiro, igual que Zeus. Los dioses nunca se han privado de follar. Shiva y Shakti están todo el día enlazados, como en un yin yang.

Te parece que el sueño sincroniza con el Maya. Vas mejorando, eres un poco menos zombi. Aún, por eso, eres idiota, porque usas palabras.

Y ahora, ¿ ?

Te atropella el tren de tu imaginación. Era una de las taras de fabricación, no tienes la culpa de ser una inadaptada.


El Pueblo entra en tu habitación, y vitorea a coro:

- Mira, ¡tu país estalla en guerra!

Pasas del Pueblo Obnubilado, y el Pueblo Obnubilado desaparece.

 A continuación, el Pueblo Utópico entra en tu habitación.

- Mira a esa churri.- le dice, mientras tanto, Mara a Buda.

Piensas en ello, y sabes que aún no lo tienes, la dama representa a todos tus deseos barrocos. La dama es la ilusión de que falta la mitad, la dama es dualidad: silencio.

Entre tanto, alguien te ha enviado una foto de su polla en un mensaje.

Silencio.

Cuando vuelve a aparecer la cursiva, lanzas un beso al aire, sin esperar respuesta.

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