Estoy condenada a la prisión de ser yo misma.
La libertad no existirá hasta que se evaporen los muros de mi mente.
Y la ciudad continuará gris hasta que brote en mí la primavera.
Cuanto más medito alcanzo la mejor verdad para mi vida:
Soy un ser sin sentido,
Perdido en un mundo sin sentido,
Que predica vacíos sin sentido.
Contemplo las gentes desde mi umbral llamado existo.
Agito mi pecho, sin querer respiro, finjo ser muda al confundirme con un grito.
Atravieso las calles, comparto miradas, y todavía dudo de la permeabilidad de mi cuerpo.
Y cuanto más medito alcanzo la mejor verdad para mi vida:
Vivir para seguir viviendo,
Comer para seguir comiendo,
Morir para seguir muerto.
Oh… ¡Si las palabras pudieran…! Alzaría el abismo y lo haría montaña, una cumbre sobre la que extender los brazos, con el oleaje del viento entre la espalda…
Si la tinta fuese un pozo de necesidad, en cuántos lugares hallaría consuelo, junto a cuántos hombres lloraría, viendo en mi tristeza compartida la razón de mi mayor alegría…
Pero todavía espero.
Y mi extrañeza se vuelve inmensa, tan vertiginosa como la extensión del negro al cerrar los ojos, como la mano que confiada saluda entre dos espejos y no alcanza a contar el sinnúmero de sus reflejos.
Soy la escoba que pretendió barrerse a sí misma, la voz que grita para pedir silencio, la enorme contradicción que se frena. Todos los sentimientos moran a la vez en mí,
mientras unos duermen otros despiertan, hasta que brota un tristealegre que nada en la felicidad de una lágrima.
Construí una escalera con versos para aproximarme al cielo.
Trepé líneas de vocablos con el sueño de ver a Dios, o quienquiera que sea ese Autor de mi Personaje. Mas Ahora, cuando frente a mí me hallo, un paño impide que la sombra se haga luz ante mis ojos.
Envidio a aquellos que encontraron su inspiración divina, el patrón de fe sobre el que regir sus acciones, el fecundo campo donde esparcir sus semillas. Al menos ellos son fieles a un anhelo. Yo… no sé lo quiero. Sólo me quejo de nada, vagando junto a un vago pensamiento.
Sin embargo, cuanto más medito alcanzo la mejor verdad para mi vida:
¡Bienvenidos al Gran Día de Hoy, fotocopia de otros tantos días, precedentes y remotos!
La libertad no existirá hasta que se evaporen los muros de mi mente.
Y la ciudad continuará gris hasta que brote en mí la primavera.
Cuanto más medito alcanzo la mejor verdad para mi vida:
Soy un ser sin sentido,
Perdido en un mundo sin sentido,
Que predica vacíos sin sentido.
Contemplo las gentes desde mi umbral llamado existo.
Agito mi pecho, sin querer respiro, finjo ser muda al confundirme con un grito.
Atravieso las calles, comparto miradas, y todavía dudo de la permeabilidad de mi cuerpo.
Y cuanto más medito alcanzo la mejor verdad para mi vida:
Vivir para seguir viviendo,
Comer para seguir comiendo,
Morir para seguir muerto.
Oh… ¡Si las palabras pudieran…! Alzaría el abismo y lo haría montaña, una cumbre sobre la que extender los brazos, con el oleaje del viento entre la espalda…
Si la tinta fuese un pozo de necesidad, en cuántos lugares hallaría consuelo, junto a cuántos hombres lloraría, viendo en mi tristeza compartida la razón de mi mayor alegría…
Pero todavía espero.
Y mi extrañeza se vuelve inmensa, tan vertiginosa como la extensión del negro al cerrar los ojos, como la mano que confiada saluda entre dos espejos y no alcanza a contar el sinnúmero de sus reflejos.
Soy la escoba que pretendió barrerse a sí misma, la voz que grita para pedir silencio, la enorme contradicción que se frena. Todos los sentimientos moran a la vez en mí,
mientras unos duermen otros despiertan, hasta que brota un tristealegre que nada en la felicidad de una lágrima.
Construí una escalera con versos para aproximarme al cielo.
Trepé líneas de vocablos con el sueño de ver a Dios, o quienquiera que sea ese Autor de mi Personaje. Mas Ahora, cuando frente a mí me hallo, un paño impide que la sombra se haga luz ante mis ojos.
Envidio a aquellos que encontraron su inspiración divina, el patrón de fe sobre el que regir sus acciones, el fecundo campo donde esparcir sus semillas. Al menos ellos son fieles a un anhelo. Yo… no sé lo quiero. Sólo me quejo de nada, vagando junto a un vago pensamiento.
Sin embargo, cuanto más medito alcanzo la mejor verdad para mi vida:
¡Bienvenidos al Gran Día de Hoy, fotocopia de otros tantos días, precedentes y remotos!
2 comentarios:
recuerda que hoy...es todavía siempre.
"El Universo pudo crearse a partir de una fluctuación de vacío."
Stephen Hawking
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