Un pintor desconocido que se llama "Pájaro" (sí, no era Magritte, como parece) pintó esta litografía, que titula "Anhelo urbano".
Tal vez os resulte familiar la imagen. A mí me suena, por lo menos. Es toda una hazaña mantener la serenidad en medio del caos de la urbe. Me recuerda a mi Besós (Ignacio de Yebra decía que todos los escritores necesitan un río para inspirarse).
Sí, el Besós, el río negro que hace que los mosquitos proliferen en verano, cobrándose a costa de mi sangre su buen tributo de glóbulos rojos. Me toca querer la tierra que piso. Por eso, lo confieso, yo también amo este humo, las tres chimeneas de Sant Adrià y el olor a meado del polígono industrial.
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