Hace un par de años, confeccioné el collage de allá arriba para colgarlo en el lavabo al lado del w.c. La gracia del mismo era meditar en cosas abstractas mientras uno se sienta en el trono que a todos nos iguala. (Una buena idea al parecer, para entretener a aquellos hartos de leer los reversos del champú mientras están allí iluminándose).
Mi doble con sentido común, tal vez, escribió en la parte trasera del mismo lo que podéis leer allá arriba con mi letra manuscrita. Una especie de antídoto contra la tristeza, una fórmula para ahorrar dinero en psicólogos cuando fuera conveniente:
"Cuando estés triste, haz lo que nunca hayas hecho.
ves a donde nunca has ido,
habla con quien nunca hayas hablado."
Ayer por la tarde fue a parar a mis manos aquella frase. Hoy estoy enferma de anginas y, dentro de las limitaciones del reposo, he hecho algo que nunca he hecho: gárgaras con vinagre.
Nota: Las embarazadas no podemos medicarnos y nos inventamos cosas raras para curar nuestras enfermedades.
Mi doble con sentido común, tal vez, escribió en la parte trasera del mismo lo que podéis leer allá arriba con mi letra manuscrita. Una especie de antídoto contra la tristeza, una fórmula para ahorrar dinero en psicólogos cuando fuera conveniente:
"Cuando estés triste, haz lo que nunca hayas hecho.
ves a donde nunca has ido,
habla con quien nunca hayas hablado."
Ayer por la tarde fue a parar a mis manos aquella frase. Hoy estoy enferma de anginas y, dentro de las limitaciones del reposo, he hecho algo que nunca he hecho: gárgaras con vinagre.
Nota: Las embarazadas no podemos medicarnos y nos inventamos cosas raras para curar nuestras enfermedades.
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